Cuando en mi pecho
estallen tormentas,
tendrás que estar ahí.
Cuando la luz
invada mis venas,
quiero tenerte cerca.
Cuando las estrellas
me caigan encima,
tu presencia es urgente.
Para desaguar
estos ríos de lava,
para atenuar
la luz que ciega,
para acallar
silencios ensordecedores,
para descifrar
el enigma eterno
y dejar impresa
la presencia divina.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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