Aurelio desde niño tuvo una obsesión
le fascina todo lo que tenga motor
el ruido que emiten causa-le emoción
y mira extasiado el girar de su rotor.
Saca-jugos, centrífugas, aspiradoras,
afeitadas y hasta su cepillo dental,
arruinados por sus manos acosadoras,
guiadas ellas, por su fijación mental.
Visitando especialistas y psicólogos
quiso saber la causa de fatal deseo
no la obtuvo ni siquiera de teólogos,
quizás su cerebro necesite escaneo.
Mirando debajo de cama matrimonial.
encontró objeto de forma coloquial
alzo-le boquiabierto y ceremonial.
ya casado y superado casi el tema...
al pulsar botón, respondió su dilema.
gracias por tu comentario. Me hizo sonreir el poema..
ResponderEliminarSaludos
Gracias Misercatulo por tu visita y dejar tu huella.
ResponderEliminarsaludos
ingeniosa manera de expresar el humor
ResponderEliminary no por ello menos dificultosa
FELICITACIONES
gracias por tu visita Elisa y dejar tu huella.
ResponderEliminarsaludos amiga
Hola Pedro, muy buen poema y con su moraleja, como todos los tuyos, gracias por seguirme yo he agotado el cupo, voy a hacer un truco y si ves una pluma blanca de ave, como María Teresa, esa soy yo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Maite
Gracias Maite por tu visita, si hay que tener cuidado con algunos artefactos sobre todo si esta involucrado otro ser que no tiene otra opción.
ResponderEliminarsaludos Maite
BUENISIMO !!!!!
ResponderEliminarESTA FACETA TUYA NO LA CONOCÍA.
UN BESO, ME HICISTE REIR.
ABRAZOS QUE CRUZAN MONTAÑAS
Gracias Sil por tu visita y dejar tu huella, esa es la idea arrancar aunque sea una sonrisa.
ResponderEliminarsaludos